domingo, 12 de febrero de 2017

LA HISTORIA DE UN AMOR FUGAZ

Desde hace una semana que mi trabajo aumento, estamos en Enero, osea en plena temporada de vacaciones. como soy la única en la que un viaje es solo un sueño, acepte reemplazar a unos compañeros. Son la ocho de la mañana y ya estoy sentada esperando que me digan cuando tengo que salir. Mi trabajo consiste en hacer visitas. Veo entrar  a varios que nunca en estos dos meses vi, la verdad es que mi horario habitual es de noche los días sábados. Si me preguntan porque acepte ese día y a esas horas les diría que en ese momento estaba desesperada por trabajo ahora me arrepiento porque todo sucede los sábados por las noches, las mejores salidas y las mejores juntadas.
"Buenos días"
Creo ese saludo va dirigido a mi pero como la persona que lo dio a penas miro no se si realmente esta dirigido a mi, de todas maneras saludos
"Buenos días"
El del saludo "chiquito" se sienta del otro lado de la mesa, no justo frente mio pero casi, como no tengo mas nada que hacer hasta que me den salida lo observo de reojo; poco pelo, tez morena ojos color marrón. Si es verdad lo estoy describiendo de mas pero bueno como  verán me estoy aburriendo. Veo gente que entra y saluda y se quedan en donde estoy yo y el del saludo "chiquito".
Mientras la espera sigue veo que varios se ponen a desayunar yo estoy entretenida con una publicación en Facebook, los chistes que publica mi primo son muy buenos por lo menos eso me distrae.
"Vanesa, ya tiene salida, esta es la dirección a la que tienen que ir". Me entregan un papel con todas la especificaciones y datos de la persona a visitar, me levanto de donde estoy sentada y coloco mi mochila en mi hombro. " Su chófer va a ser El". Señala al del saludo "chiquito" que en ese momento esta enjuagando su taza, sonrío y espero que este listo. Antes de salir le digo "ya voy" y me dirijo hacia los baños, mi maldita vejiga es del tamaño de una almendra no aguanta ni una gota.
Bajo corriendo las escaleras y me dirijo hacia el auto en la que me esta esperando "mi chófer" jajajaj suena chistoso pero por hoy va a ser así.
"Buenos días mi nombre es Vanesa" lo saludo  nuevamente por si la primera vez no quedo claro y me siento en el lado del acompañante y coloco mi cinturón. " ¿Su nombre es?"
"Elio"... 
              una hora, un minuto, un segundo pueden cambiar un destino...

martes, 14 de julio de 2015


UN MES


Para muchos quizás 30 días sea mucho tiempo, para mi es una eternidad pero a la vez un suspiro. En 30 día se define mi vida por así decirlo, aunque estas palabras son un tanto trágicas es la verdad. Es el momento en el que voy a adquirir mas responsabilidad de la que ya poseo y es el momento que espere todo este tiempo. El ser algo que estuve esperando no quita que este sumamente nerviosa, pero a la vez también es ansiedad lo que tengo.
Recuerdo la primera vez que me di cuenta que era otro el camino que tomaba, ya no contaba con la plena seguridad que es el estar en casa con tus Padres, sabia que de ahora en más las decisiones de mi vida las tomaba yo y por lo tanto me tenía que hacer responsables de ella. Me costo, más que cualquier cosa que haya hecho, me costo al punto que tropecé mil veces, y me levante mil veces más. fui feliz pero también conocí la tristeza, la decepción, el enojo y la impotencia. Pero por más que el camino fue eterno, sabía que en algún momento iba a estar el cartel de LLEGADA. Ese cartel, que ahora se puede ver, está a tan sólo un mes.
Siempre dicen que las cosas pasan por algo, se que es así y se que no estoy sola, siempre estuve rodeada de personas que fueron mis pilares y mis Ángeles.
Un mes es demasiado tiempo pero a la vez nada.  




lunes, 15 de junio de 2015

EL PRINCIPIO DEL FIN?

Me levante como casi todas las mañanas a las 6:00 y mientras hacia lo habitual me di cuenta que solo me quedan tres semanas de ser un estudiante. Me mire en el espejo y me di cuenta también que los años pasaron y lo que una vez vine a lograr estaba cada vez más cerca, lo que no quiere decir que este del todo feliz, aunque para ser sincera estoy en un estado de ánimo ambiguo. No se si es felicidad o nerviosismo lo que siento, quizás sea un poco de ambos.
Mientras camino para encontrarme con una compañera me doy cuenta que el tiempo paso volando, uno piensa que 365 días de un año son muchos días pero al final terminan siendo nada. Llego a la plaza y me siento en un banco, el aire fresco no me deja seguir pensando y se que es mejor así. Llega Emi y al saludarme lo primero que le sale es: " viste, hoy empiezan nuestras ultimas semanas" sólo sonrío, creo que somos 53 más  o menos los que estamos en las mismas, pensando sin querer pensar. Nuestra charla da vuelta en lo mismo mientras a la vez nos quejamos un poco del aire fresco. Estas últimas semanas me sentí como si fuera en un colectivo escolar, de esos que van a buscar a los chicos casa por casa; el recorrido comenzaba conmigo, yo me encontraba con Emi y de ahí nos encontrábamos con Maru y por último con Carlitos, viéndolo ahora era algo cómico, creo que hasta eso voy a extrañar...
Aunque el resultado del día no fue el esperado, espero que los días que quedan sean mejores.
Voy a intentar dar pasos seguros, pero tranquilos, viviré el día a día y esperare sin prisas ese cartel que diga " Llegada" hasta ese momento sólo pensare que está más adelante, que tengo que guardar energías para el tramo final, hasta ese momento sólo disfrutare del caminar.


sábado, 21 de febrero de 2015

VACACIONES

CASI 70 DÍAS


Mis vacaciones llegaron a su fin, hay algo que me di cuenta mientras transcurrían estos días, cuando uno tiene mucho tiempo lo primero que hace es pensar que va a poder realizar todo aquello que planeo, o por lo menos yo soy así, pero ahí viene el gran problema ( por lo menos para mí) al no ser yo una persona organizada, estos 70 días se pasaron sin ser totalmente significativos.
Mis días de descanso comenzaron el 8 de diciembre y desde ese momento en el que llegue pensé : " tengo tiempo es hora de disfrutar". Ese fue mi más grande error, el no haber disfrutado realmente del tiempo disponible, lo bueno es que todo esto me llevo a pensar que los seres humanos somos así, siempre pensando que el tiempo es eterno cuando ya sabemos que no es así, es como si supiéramos y a la  vez negáramos ese conocimiento. Todos sabemos, o por lo menos cuando logramos realmente entender, que en cualquier momento ya no vamos a estar aquí. Yo pienso que ese debería ser el incentivo en nuestra vida. Es verdad ninguno sabe a ciencia cierta en que momento ya no estaremos en este mundo, es por eso que se debería disfrutar más de cada segundo y minuto de cada día. Cuando uno cree que tiene tiempo siempre deja para después las cosas más importantes pensando que las va a poder realizar en cualquier momento, yo soy una de ellas, soy una persona que siempre esta dejando para después las cosas. Esa frase " No dejas para mañana lo que puedes hacer hoy" no forma parte de mi vocabulario pero creo que es el momento de pensar en ella. Todo esto comenzó cuando me puse a pensar en lo que había hecho en estas vacaciones y aunque se que algo disfrute también me di cuenta que no disfrute con las personas con las que había pensado hacerlo. Mis vacaciones no fueron malas sólo que las sentí pobres en contenido, lo que sí puedo decir es que los pocos días en que salí los disfrute al máximo.
Sólo espero que de ahora en adelante este descubrimiento me ayude a replantearme sobre el tiempo, esto me tiene que ayudar a disfrutar de las 24 horas que tiene el día y de disfrutar cada segundo que se me permite. Esa va a ser la consigna... vivir disfrutando del tiempo.

jueves, 21 de agosto de 2014

VIERNES DE ORGANIZACIÓN Y ALGO MÁS

En contra de su voluntad tina entró en el café “Encuentro”, Pablo quería que se juntaran ahí para organizar la fiesta. Ella y Pablo se iban a encargar de las cosa dulces mientras que José se encargaría de la cena y por último el novio de Anahí  sería el responsable de la bebida.
El fuerte aroma del café que sintió al entrar inundo su nariz, se sentó cerca de uno de los ventanales mientras esperaba por sus amigos; estaba mirando la gente pasar cuando escucho murmullos provenientes de la mesa que se encontraba a su izquierda, en ella se encontraban unas adolescente, si mal no recordaba eran las mismas que habían molestado a Mir unos días antes. Sonreían y miraban hacía algún punto detrás de Tina, sabía que no era necesario darse vuelta para saber qué era lo que observaban tan atentamente.
-Es tan lindo…- suspiro una mientras no apartaba sus ojos.
-Esa ropa le queda tan bien…- acotó otra-¿No le hará frío con esa camisa?
-Si sólo él quisiera yo lo calentaría- dijo la primera que hablo haciendo reír a las otras que se encontraban en la mesa, eran en total cuatro sólo una permanecía en total silencio.
niñas estúpidas” pensó Valentina sin saber por qué cruzó ese pensamiento por su cabeza
-Viene para acá- dijo una entusiasmada
Tina no sabía porque pero estaba nerviosa, si no fuera porque su amigo quería reunirse ahí ella sólo hubiese aparecido el día de la fiesta.
-Buenas tardes- saludo mirándola- aquí le dejo la carta, en unos minutos paso por el pedido- lo dijo como si no se conocieran, cómo le había pedido Valentina que hiciera.
-Gracias- Tina sostuvo en su mano lo que le entrego mientras lo veía irse- así es mejor- se dijo mientras elegía lo que quería.
-¿Tendrá novia?- preguntó la que había querido calentarlo.
-Desde hace una semana que preguntas, no creo que obtengas una respuesta- comento la que sólo se limitaba a mirar lo que sus amigas hacían
-No voy a rendirme, hoy voy a dejar anotado mi número de teléfono
-¿No crees que eso es demasiado?- preguntó la que había hablado unos minutos antes- creo que es mejor no seguir insistiendo, de esa manera vas a terminar por cansar a esa persona.
Qué niñas pesadas
-Ahí viene de nuevo.
Tina por prestar atención a la mesa contigua no había elegido nada, intentó hacer un paneo general pero no logro ver nada.
-¿Ya va a ordenar?- preguntó Mir con su tono de voz tan característico
-Un submarino y dos medialuna- lo miró y entregó la carta- creo que eres popular- le dijo sin pensarlo señalando la mesa a su izquierda.
A Mir se le estaba haciendo difícil tratarla cómo si nunca se hubiesen visto pero sabía que era mejor. Pero ahora ella sonreía.
-¿Qué?- preguntó
-Eres muy popular- repitió moviendo sus ojos señalando de nuevo la mesa- cómo un ídolo sólo hablan de ti.
Mir sólo subió sus hombros, esas chicas sólo torturaban su existencia y aunque tenía solución a ese problema no quería hacer uso de eso.
-Ya le traigo lo que pidió- se dio la vuelta y caminó hacia Martín.
Tina lo miró, a simple vista se daba cuenta que estaba fastidiado por la situación, esas adolescentes realmente eran unas desvergonzadas.
Estaba disfrutando de su submarino cuando llegaron sus amigos.
-Perdón por la demora- se disculpó José mientras le daba un beso en la mejilla y se sentaba a su izquierda.
-No te preocupes estaba entretenida anotando lo que vamos a necesitar- lo tranquilizo
-Hola Tina- saludo Pablo sentándose a su derecha- perdón se nos hizo tarde, mi padre me pidió que le comprara unas cosas y eso me demoro.
-Le estas echando la culpa a mi suegro cuando nada que ver, es verdad que tuvimos que comprar unas cosas para él, pero fuiste tú el que estuvo más de una hora dando vueltas- acusó José mientras veía la cara de su novio.
-No te preocupes, está todo bien, se del tiempo que te lleva arreglar tu persona- dijo Valentina uniéndose a la broma de José. En ese momento Llegó Mir y los saludó
-Hola acá les dejo la carta, enseguida paso
-No te vayas- detuvo Pablo- yo voy a querer lo mismo que Tina.
-Yo un café con leche- pidió Pablo
-Ya les traigo, Anahí me pidió que les dijera que apenas pueda va a pasar a saludarlos- comunicó- ya vuelvo con su orden- dicho esto se retiró. En ese momento Tina escucho un grupo de suspiros, no hacía falta mirar para saber de donde provenían.
Mientras disfrutaban de sus bebidas organizaban todo lo que iban a comprar. En total eran quince las personas invitadas. Pablo y Tina al no ponerse de acuerdo qué tipo de torta harían optaron por hacer dos. José que era chef al igual que Pablo, decidió por arrollados de pollo y de carne. En ese momento Anahí se acercó a ellos para charlar un rato.
Tina dejo de prestar atención a sus amigos, que en ese momento charlaban animadamente, para concentrarse  y escuchar lo que hablaban las niñas a su lado.
-Ahí viene con la cuenta- dijo la devoradora- esta es mi oportunidad.
“¡Qué pendeja insistente!” pensó mientras veía aparecer a Mir.
-Aquí tienen-le entrego el ticket. Una de ellas lo recibió y después de mirarlo le dio el importe.
-¿Tienes novia?- preguntó de repente la que no apartaba sus ojos del rostro de Mir- sólo tienes que responder eso.
-No hablo de mi vida privada- contesto por vigésima vez, estaba a punto de retirarse cuando le agarro el brazo.
Tina que estaba como espectadora no aguantó más y se puso en pie.
-Qué niña pesada- murmuro mientras se retiraba de su mesa
-¿Tina a dónde vas?- preguntó Pablo desconcertado siguiendo con la mirada a su amiga.
Valentina en dos pasos se acercó a la mesa de las pesadas y se colocó al lado de Mir.
-¿Podrías retirar tu mano de ahí?- su pregunta sonó más a una amenaza, la amabilidad que la caracterizaba se había esfumado en ese momento- si no quiere responder a tu pregunta no tendrías que ser tan insistente.
-¿Quién es usted?- preguntó molesta la que había agarrado a Mir.
-Valentina no es necesario que…- Mir no pudo terminar la frase al ver el rostro de Valentina.
-Lo que están haciendo es acoso ¿sabían?, como sólo son unas niñas no las voy a denunciar.
-¿Nos estas amenazando? ¿Quién es usted?- levantó la voz haciendo que Tina se enojara
-Valentina- intentó Mir de nuevo, quería que se calmara pero era imposible, pudo ver a Anahí y a José totalmente asombrados en cambio Pablo reía sin poder parar.
-¿Quién soy?- se acercó a ella y sin preámbulo apartó la mano que todavía seguía en el brazo de Mir- soy su novia- levantó la voz haciendo que la chica en frente suyo abriera sus ojos como plato.
-Que mal gusto- dijo mientras dejaba un papel en la mesa, estaba a punto de retirase no sin antes decir – aquí dejo mi número, por si cambias de opinión- retiro su mochila de la silla y se fue junto con la otras adolescentes dejando a Valentina con la boca abierta.
-¡No creas que te va a llamar porque no lo hará!- gritó destrozando el papel que agarro de la mesa, en ese momento se dio cuenta del espectáculo que se había armado. La cara de asombro de Anahí, José y Mir no tenía precio. Pablo lloraba de tanto reír y las personas de las otras mesas sólo miraban. Miró a Mir y sonrió.
-Espero haberte ayudado- comenzó a caminar hacia su mesa y antes de sentarse se dio la vuelta y dijo- ahora estamos a mano- y sonrió.
Mir camino hacia donde estaba Martín mientras sonreía, sin poder creer lo que había pasado. Se acercó a su compañero que lo miraba con una expresión extraña en su rostro.
-¿Por qué me miras así?- preguntó al ver la cara de asombro de Martín.
-Trabajamos juntos un poco más de un año y es la primera vez que te veo sonreír.
-¿Qué?- no entendía lo que decía.
-Siempre vi tus medias sonrisa o tus muecas, esta es la primera vez que sonríes-explico-  y aunque te resulte raro lo que voy a decir… creo que me enamore- declaro sorpresivamente dejando a Mir con la boca abierta sin creer lo que oía.
-¡¿QUÉ?!- GRITÓ Mir pensando que su amigo se había vuelto loco.
-Eres hermo…- no pudo terminar la frase porque en ese momento Mir cubrió su boca.
-No lo digas, creo que te volviste loco, ¿cómo te puedes declarar de esa manera? ¿Acaso no tienes novia?- pregunto mientras veía a Martín mover su cabeza afirmando- le voy a contar a Anahí lo que acabas de decir.
-¿Qué dijo?- preguntó Anahí detrás de Mir.
-Nada importante sólo se está burlando de lo que acaba de pasar- explicó Mir mientras retiraba su mano de la boca de Martín que en ese momento le guiñaba un ojo.
-Todavía estoy sorprendida- declaro Anahí mientras tomaba un vaso de agua- nunca vi a Tina actuar de esa manera, pero me alegro de que lo hiciera, esas niñas son unas pesadas. Aunque pienso qué te hubieras evitado todo esos comentarios si les hablabas de ti- le dijo Anahí.
-Te sacó un peso de encima- comentó Martín sin dejar de sonreír.

-Algo así- murmuro mientras volvía a su trabajo.
UN SUEÑO REVELADOR

Tina llegó al instituto cinco minutos antes de las cinco, en la entrada la esperaba Pablo. Desde hacía tres meses que estudiaba pastelería; siempre amo las cosas dulces y el poder hacerlas ella misma la llevó a querer empezar el curso, Pablo en cambio ya era chef y decidió ampliar su conocimiento y comenzaron juntos.
-Tengo buenas noticias- dijo mientras se acercaba y le daba un beso.
-¿Cuáles?- preguntó mientras guardaba en su bolso su bufanda.
-Martín me llamó y me dijo que ya tenemos lugar para la fiesta- comentó mientras llegaban a la habitación designada para dejar sus objetos personales. Mientras se colocaban sus chaquetas Pablo continuo- sus jefes nos prestan el café después del cierre o sea a eso de las once de la noche.
-¡Qué bien!- dijo entusiasmada hasta que recordó que ahí estaría esa persona que no quería ver- me imagino que todos sus compañeros están invitados
-Claro que sí ¿Por qué?
-Por nada-contestó sin querer hablar del tema. Acomodo su cabello y salió del vestidor.

Estaban en medio de la preparación de una torta de chocolate cuando Pablo la saco de su concentración hablándola de repente.
-¡Estas preocupada porque no te quieres cruzar con Mir!- grito sin percatarse del lugar en el que se encontraban.
-Pablo silencio, te van a correr- murmuro al ver a sus compañeros mirando hacia ellos- si fuera posible lo evitaría, pero no por “él” voy a faltar al cumpleaños de mi amiga, no soy tan ridícula.
-No me voy a perder esto por nada del mundo- murmuro sonriendo su amigo volviendo a su preparación.
-Que chistoso, esto no es una película, somos dos personas adultas
-Dos personas adultas que durmieron juntas-remato con una amplia sonrisa, burlándose de Valentina.
-¡Shhh!-Tina sintió vergüenza- no hables tan alto
-Por regla uno no se vuelve a encontrar con el “ligue” de una noche- rió al ver lo avergonzada que se encontraba su amiga- si son dos personas adultas no va a pasar más allá de un saludo- dijo tratando de seguir con su torta- claro que si aparece el jugo de melón… todo va a ser distinto- murmuro en su oído.
-¡PABLO!- grito haciendo que sus compañeros lo miraran con odio.

Tres horas después iban en total silencio mientras atravesaban locales comerciales
-¿Sigues molesta conmigo?- preguntó Pablo mientras colocaba su brazo alrededor de los hombros de Valentina.
-No, sólo estoy pensando en lo ridícula que fui hace un rato, lo tonto es que dije que haría de cuenta que lo del fin de semana nunca sucedió pero al primer comentario salto como un saltamontes- explico- eso es lo ridículo. En realidad desde el domingo que trato de recordar que pasó pero nada viene a mi cabeza.
-Cuanto más vueltas des al asunto menos claro va ser- le dijo su amigo-¿no crees que es mejor aclarar todo el asunto con la persona involucrada?
-No, la decisión que tome ese día va a quedar así.
-Vamos al café y tomamos algo caliente, yo invito.
-No, mejor no.
-Cuanto más rápido le hagas frente a la situación más cómoda te vas a sentir en la fiesta- aconsejo- además si no pasó nada y ustedes no se conocen no veo el motivo por el cual no podemos ir a tomar algo caliente y de paso ver a Anahí – agarró su mano y dijo- vamos y no quiero ningún berrinche.
Tina no puedo decir que no, reconocía que su amigo tenía razón, era mejor enfrentar el asunto de una vez.
Al entrar al café sintió la calidez del lugar, era un contraste entre el frío exterior y el interior; se sentaron en una mesa que se encontraba en un rincón. A lo lejos vio a sus amigos y a Mir, debía reconocer que el pantalón negro y la camisa blanca le quedaban bien. Las chicas de la mesa que se encontraban en una mesa diagonal a la suya no apartaban su mirada de Mir, no las culpaba era un “niño lindo”.

Mir sintió un ligero cosquilleo en su nuca, sabía que el grupo de chicas que se encontraban sentadas cerca de los ventanales eran las que observaban sus movimientos. Dejo el contenido de su bandeja y se retiró. A penas se dio vuelta la vio, en un rincón a su izquierda se encontraba Valentina junto a Pablo, en ese momento charlaban animadamente con Anahí que ese día era la encargada de ese sector. Camino a pasos lentos, quería verla un poco más, sonreía mientras ataba su cabello en lo alto de su cabeza, sabía que estaba demorando más de lo esperado pero sólo quería verla.
-Disculpa- una de las chicas del ventanal llamó haciendo que apartara la vista
-¿Sí? ¿Necesitan algo?- preguntó amablemente; normalmente no le fastidiaba su apariencia pero en ese momento odio más que nunca sus facciones, esas adolescentes no quitaban sus ojos de su rostro.
-¿Tienes novia?- preguntó una de forma muy descarada mientras dos sonreían y otra estaba en total silencio solo observando- si no tienes, yo puedo serlo- dijo sin ninguna vergüenza
Mir sólo las miró no entendía porque había mujeres así de descaradas lo triste era que ellas eran todavía adolescentes y ya se comportaban de esa manera sin un poco de vergüenza. Inspiro y soltó el aire lentamente; no disculpaba esa actitud, pero esas niñas no tendrían más de dieciocho años.
-¿Necesitan algo?- volvió a preguntar
-Sí, queremos una respuesta- le contestó una de ella mientras que la que había hecho la pregunta no apartaba sus ojos del rostro de Mir.
-No hablo de mi vida privada- contestó- si no necesitan nada me retiro. Se dio la vuelta y caminó hacia la mesa que se había ocupado.

-Parece que Mir tiene problemas- comentó Pablo mientras señalaba hacia los ventanales- su cara no era muy agradable cuando se fue a atender la siguiente mesa.
-Es por culpa de las chicas del ventanal- explicó- vienen casi a diario y solo por Mir.
-Es alguien popular- dijo Pablo mientras miraba a Tina- tienes competencia, si esas pobres cristianas supieran que junto a mi está la persona que durmió con Mir te comen viva- sonrió al ver el rostro de su amiga.
-¡PABLO BASTA!-gritó molesta- yo nunca tuve nada que ver con esa persona.
-Pablo no seas así-le dijo Anahí sin ocultar su sonrisa al ver la diversión de su amigo- Tina- Anahí miro a su amiga- Pablo me dijo que no quieres que se mencione nada de lo que sucedió el fin de semana y aunque respeto tu decisión creo que hubiera sido bueno que hables con Mir, sé que fui un poco metida pero le pregunte que sucedió y me contesto que nada que solo te ayudo y que se quedó contigo por que no estabas bien. No es una mala persona, pero quizás si hubieras dejado que te contara lo sucedido entenderías todo- dicho esto se levantó y continuo con su trabajo dejando a Valentina más pensativa que antes.

Dio otra vuelta en su cama, lo que le había dicho Anahí hizo que se sintiera peor, nunca agradeció correctamente la ayuda que recibió solo egoístamente decidió hacer de cuenta que nada había pasado, ahora se daba cuenta que eso había sido un error. Después de tres vueltas más quedó dormida.
Las luces de colores cegaban sus ojos mientras movía su cuerpo al ritmo de la música, se sentía totalmente liviana sin ningún peso, delante de ella estaba su salvador, era lindo con un hermoso rostro, parecía un ángel. Se acercó lentamente y sin pensar tomó su rostro entre sus manos y lo beso…
Valentina despertó de repente con la seguridad de que eso no había sido un sueño, encendió la lámpara y miro el reloj que marcaba las tres de la madrugada, sin querer esperar más  llamo a su amiga, necesitaba saber si lo que soñó  había sucedido.
Después de cuatro timbrazos una somnolienta voz contestó.
-¿Hola?-murmuro Anahí 
-Perdón por la hora, sólo quiero que me respondas con un sí o un no
-¿Tina?- preguntó Anahí- ¿sucedió algo? ¿Estás bien?- se notaba la preocupación en la voz de su amiga
-Estoy bien, no sucedió nada malo- respondió- ¿bese a Mir?- preguntó de repente
Hubo un silencio del otro lado y unos segundos después…
-Sí- fue la respuesta después de unos segundos de silencio

-Perdón por haberte despertado y gracias, nos vemos- terminó la comunicación de manera abrupta y hundió su cara en la almohada. Ya no sabía si estaba molesta consigo misma o avergonzada, sólo sabía que vería a esa persona en un par de días y no quería. Apagó su lámpara y se cubrió esperando que Morfeo no tardase en llegar.

sábado, 2 de agosto de 2014

CAFÉ ENCUENTRO

Mir se encontraba limpiando las mesas, eran las seis y treinta de la mañana, en tan solo treinta minutos más comenzaría el movimiento. Desde que el invierno había comenzado no había sentido un día tan frío como ese, era el martes más frío. Por los ventanales  podía ver a las personas que pasaban totalmente abrigadas.
-Buenos días Mir- saludo un alegre Martín mientras ayudaba acomodando el lugar.
-Buenos días- su saludo fue casi un murmullo con su acostumbrada mueca.
-¿Estás bien?- preguntó Martín al ver el rostro de Mir.
-Sí, estoy bien- respondió con una media sonrisa- me entretuve viendo la gente pasar.
-¿Todo bien entonces?- preguntó de nuevo para asegurarse, desde que había comenzado la semana había notado el cambio de humor Mir, no era una persona parlanchina pero ahora solo estaba en silencio, cuando Anahí y él le preguntaron sobre lo ocurrido solo se quedó en silencio sin responder.
-Todo bien ¿y Anahí?
-Se está cambiando-contesto y se acercó más a Mir- ya que ella no está quiero pedirte un favor.
-Dime- dejo por un momento lo que estaba haciendo y miro a su compañero de trabajo
-El domingo es el cumpleaños de Anahí y no sé qué regalarle- dijo deteniéndose un momento- quiero que me ayudes no se me ocurre nada.
-¿Yo? ¿Quieres que yo te ayude?-  pregunto señalándose sin poder creer lo que oía.
-Sí, tú, por favor- suplico
-¿Por qué no le pides ayuda a sus amigos?
-¿A Pablo y a Tina?
-Sí, a ellos ¿no me contaste que son amigos desde el colegio? Es mejor que les pidas ayuda a ellos
-Les pediría a ellos, pero se están encargando de la organización de la fiesta y no quiero cargarlos con mi duda existencial- explico con carita de tierno, esperando que eso sirviera para recibir la ayuda de Mir- no tengo a quien más pedirle.
-No mientas, están Gianna y Pilar
-Gianna como regalo ofreció el café para que festejemos aquí, no quiero parecer un pesado y Pilar se va a enojar si se entera que no sé qué regalarle a mi novia.
Mir cruzó los brazos sobre su pecho y lo miro, lentamente comenzó a mover su cabeza
-Está bien- acepto luego de unos minutos- me debes una
-Eres lo máximo- dicho esto fue directo a su puesto de trabajo, detrás de la barra, era el encargado de preparar cada una de las bebidas que se servían ahí.
La mañana comenzó como todos los días con el desfile de rostros conocidos y de otros nuevos. Desde hacía medio año el café dejo de ser un lugar en donde desayunaban los trabajadores para convertirse en el lugar de encuentro de estudiantes. La mayoría siempre eran mujeres, habían denominado al lugar el café de los chicos lindos.
Hacía un año y tres meses que trabajaba ahí y le gustaba el ambiente, todos sus compañeros eran excelentes personas eso ayudó a que se adaptara rápidamente. A pesar del shock inicial todo se desarrolló de manera natural, todavía sonreía cuando recordaba el rostro de sus compañeras de trabajo cuando llegó ahí. La mañana siguió su curso y el aire helado se sentía cada vez que un cliente entraba al lugar. Mir se acercó a Martín  para dar su pedido.
-Un submarino- le dijo a su compañero
-¿Mir te puedo hacer una pregunta?-  Anahí acercó a ellos y aprovecho el momento- no es algo fácil de preguntar pero quisiera saber.
-¿Qué cosa?- por la cara de su compañera sabía que era lo que quería saber.
-No quiero ser entrometida y te prometo que en otra situación no preguntaría pero…- no pudo terminar la frase porque en ese momento Mir respondió a una pregunta no hecha.
-No pasó nada- contestó-¿eso es lo que querías saber?- vio la cara de incomodidad de Anahí – trate de explicarle a tu amiga la situación pero no me dejo, dijo que hiciera de cuenta que no había pasado nada, pero en realidad nada paso- explico.
-Te pido disculpas, no tendría que haberte preguntado nada, si hubiera o no sucedido algo sé que eso no era de mi incumbencia, Pablo me contó que Valentina estaba un poco histérica por la situación y es por eso que me atreví a preguntarte.
-No tienes que pedir disculpas- tranquilizo a su compañera- no pasó nada, sólo me quede con ella porque no se sentía bien- explico- la ayude eso es todo.
-Lo siento, no es que no tenga confianza en ti, te conozco y sé que eres una buena persona es que no quiero que salga herida ninguna de las dos partes- puso su mano en el brazo de Mir- pido disculpas de nuevo- dicho esto acomodo el pedido en su bandeja y se fue.
-Mir acá está lo tuyo- Martín coloco el pedido en la bandeja
Mir agarro la bandeja y comenzó a caminar por el salón. Aunque quería ver de nuevo a Valentina sabía que era mejor no hacerlo. Una cosa era un malentendido y otra cosa era mentir. Era mejor no ilusionarse si tenía que mentir.

Fue un frío y lento martes, pero pasó con el lento entrar y salir de los clientes.